Esperar sin desesperar [libre]

Dos semanas era tiempo mas que suficiente para considerar que él duelo estaba cumplido, sin embargo no todos pensaban lo mismo. La realidad es que varios miembros de los Eagles estaban destruidos aún, desconcertados y a la deriva. Sabía que algunos decían a mis espaldas que era una insensible, que haber perdido a mi tío parecía no afectarme, yo simplemente los ignoraba, si algo había aprendido del gran Robert Scott era que la vida debía continuar a pesar de todo, que el perder a un ser querido no implicaba que debíamos convertirnos en unos muertos en vida y pasar así los años que nos quedaban en este mundo. Hace diez años me había ayudado a superar la muerte de mi mamá con una rapidez inimaginable, y me había preparado durante los mismo diez años para el día que él ya no este, aunque claro, ni mi tío ni yo pensábamos que ese día llegaría tan pronto.

Habían pasado quince días desde el accidente en el que murió mi tío, quince días en los que el informe policial solo decía que el motivo era una "mala maniobra" cosa que me resultaba imposible de creer, los autos iban conducido por dos hombre expertos en conducir a alta velocidad, por calles de dudoso estado y muchas veces con descasa iluminación. Creer que a plena luz del día podrían cometer un error semejante alguno de los dos, me resultaba simplemente imposible.

Hacía catorce días que un abogado amigo de mi tío me había entregado un sobre que contenía una carta de él y otro sobre mas pequeño que, según las líneas que escribió en la carta mi tío, contenía información sobre mi padre. Solo por un motivo no habías quemado ese sobre, temía que si lo quemaba la secreta identidad de quien me dio la vida se iría a la tumba junto con mi tío y mi madre, pero millones de motivos me impulsaban a no abrirlo.

Me había dirigido al centro de la ciudad a encontrarme con un informante que mi tío usaba a menudo, si quería que los chicos salgan de la depresión tenía que conseguirles algo que llame su atención y los incite a ponerse en movimiento. Este informante siempre le daba a mi tío información relevante y certera, cargamentos, horarios, y lugares por los que andaba. Mi intención no era ocupar el lugar de mi tío, mi intención era mantener a sus águilas unidas, el único problema era que no sabía exactamente donde encontrarlo, pero alguna vez lo había visto así que si tenía que pasar el día recorriendo el centro lo haría sin problemas.

Aparque mi moto pero no me baje de ella, solo baje los pies para mantenerla, busque en mi móvil intentado ver si alguna vez mi tío me había dado el número del tipo por algún motivo, cosa que dudaba profundamente.

Para ser sincera estaba bastante adentrada buscando en mi teléfono lo que sabía que jamás encontraría en él, cuando unos gritos que venían desde la esquina distrajeron mi atención. Un hombre venía corriendo a plena luz del día en mi dirección seguido por una chica que comenzaba a ser vencida por la fatiga. Pase mi pierna por encima de la moto para bajarme observando al tipo que ya estaba bastante cerca. Se paro en seco al verme, lo conocía, uno de las águilas paso de robar camiones a arrebatar monederos. Rodee los ojos para luego dedicarle una mirada incrédula a el sujeto que se paro en seco al verme, se detuvo en mi expresión. -Robert se sentiría muy defraudado. Le dije en un susurro que esperaba solo él haya oído. Soltó el monedero y salio corriendo antes que la chica lo alcance.

Me agache a recogerlo y camine los metros que me separaban de la victima extendiéndole el monedero. -Ten cuidado, las calles no están abarrotadas de gente buena y decente. Si, con aquello me refería a mi misma, no era exactamente una abogada o medica, si tenía un trabajo decente, pero también participaba de carreras ilegales, en estafas y robos a gran escala. No me detuve ni un segundo a pensar si la conocía o no, conocía a mucha gente, pero ella no parecía ser exactamente una chica que frecuentara los mismos lugares que yo. Sin dudas, a jugar por su reacción ante el robo, no frecuentaba el country club, los niños mimados de aquel lugar no se preocuparían por un monedero, y definitivamente no sobreviviría en las carreras.

Rodee los ojos al oírla, al parecer no entendía lo que estaba pasando, había frenado a su ladrón sin ejercer ningún tipo de fuerza, solo mirándolo y hablándole, ¿eso no hacía un poco evidente que conocía al tipo? Me humedecí los labios tratando de evitar que una sonrisa cargada de sarcasmo se dibuje en estos. -¿Acaso viste lo que acaba de ocurrir? En verdad no podía creerlo, estaba sorprendida. -Te acaban de arrebatar el monedero y yo pare al tipo sin necesidad de golpearlo. Suspire mientras trataba de encontrar las palabras adecuadas, tampoco quería que crea que yo era cómplice de él, o que todo hasta ahora había sido una actuación para robarle mas cosas que solo un monedero. -Podría decirse que lo conozco lo suficiente para saber como detenerlo ante situaciones así. No estaba segura si había logrado mi objetivo de evitar que esto se cea peor de lo que ya estaba.

Me di la vuelta para regresar a mi moto, pero tan solo unos pasos había dado cuando volví a girar para mirarla. -Mira, no lo tomes a mal lo que acabo de decirte. Me tire el cabello hacia atrás con la mano quitandolo de mi rostro aunque lentamente regreso a donde estaba. -Solo toma un consejo, evita estas calles en las noches y si no quieres encontrarte con gente como el tipo de recién no vayas ni al este ni al oeste. Tal vez las apariencias engañaban, pero ella parecía tan ajena a mi mundo que en cierto modo me daba ternura y quería evitarle el mal trago de verse en medio de una guerra a la que no pertenece.

Escuche atentamente las cosas que me decía sin terminar de comprender del todo. ¿Acostumbrada a lidiar con tipos así? No parecía una chica que tenga ese tipo de amigos, pero claro, las apariencias pueden engañar. ¿Venía del oeste? ¡Era una snake! ¿Lo era? definitivamente no parecía el estilo de chica con la rebeldía suficiente para andar mezclada en una pandilla. Aunque también era una posibilidad que solo viva en el oeste pero no pertenezca a las serpientes. Sin embargo esta información resultaba interesante, tal vez podría sacar algún tipo de provecho hablando con ella, tal vez podría decirme algo que los snakes sepan del accidente en el que murió mi tío, aunque claro, ellos seguro culparían a mi tío por el accidente y dejarían a su líder como la pobre victima. La estudie brevemente una vez mas, no le tenía miedo, sabía como defenderme, el problema era si aparecían mas snakes, pero no el ambiente no apestaba a ellos. Tal vez su intención era igual que la mía y quería sacarme algún tipo de información, solo tenía que estar atenta y evitar hablar de mas.

-Cambie de idea, vamos a tomar algo. Le dije mientras me disponía a cruzar la calle, al otro lado había una especie de cafetería en la que podríamos sentarnos tranquilas y también podría mantener un ojo en mi moto todo el tiempo. Si bien había lugar en el salón interno me ubique en una de las mesas externas, allí podría fumar en caso que se me antoje y en el supuesto caso que esto si sea una especie de emboscada estaba a pocos metros de la moto para subirme y en menos de diez minutos estar en un terreno en el que juegue de local. La camarera no demoro en llegar con dos menús, yo no tome el que me ofrecía, a cambio le ordene una cerveza.

Mas lo pensaba y menos la imaginaba involucrada con pandilleros. Oí Su nombre y le ofrecí una sonrisa ladeada. -Encantada. Yo soy Sammantha, Samm. Tal vez era novia de alguno de los snakes y por eso frecuentaba ese mundo. Sacudí levemente la cabeza, lo mejor era dejar de sacar conclusiones y en tal caso preguntarle directamente. -Así que acostumbrada a lidiar con tipos como ese. Señale con el pulgar hacia el lugar por el que se había ido quien intento robarle el monedero. Esperaba que mi tono haya sonado de modo casual y no se notara la excesiva curiosidad e interés por saber si podría darme información valiosa de nuestros adversarios.

De un momento a otro la camarera regreso con nuestro pedido, se la veía sorprendida por el horario y mi bebida, pero no me importaba en lo mas mínimo, de hecho aún no me acostaba a dormir, técnicamente no era temprano para mi, sino tarde. Le di un corto trago a mi cerveza, observandola. -Debo reconocer que me sorprendió un poco escucharte decir que estas acostumbrada a frecuentar gente así, no es por nada pero pareces una chica que nada tiene que ver con mi mundo. Me encogí un poco de hombros tratando de restarle importancia. -Supongo que las apariencias engañan. Deje que una leve risa se escape por mis labios.

No me detuve ni un solo segundo a intentar ocultar mi sorpresa, me había sorprendido demasiado saber que ella conocía y pertenecía en cierto punto a un entorno tan ¿ilícito? Ya no me quedaban dudas, las apariencias pueden engañar, y mucho. Le di otro trago a la cerveza. -Sinceramente estoy muy sorprendida. Deje la botella sobre la mesa. -A juzgar por tu apariencia diría que eres mas de las que nos escapan, los que antes que inicien las carreras se encierran en sus perfectas burbujas. Eso hacía la gente "bien" Una hora antes que las carreras inicien cerraban herméticamente sus casas para evitar que la perfección de sus vidas se contamine con la nuestra. Pero sin embargo sus hijos fantaseaban con correr o se escapaban por las ventanas para hacerlo, sus hijas intentaban seducir a los "chicos malos" para tener de qué hablar con sus amigas a la hora del té.

Negué con la cabeza ante el ofrecimiento. -No, gracias. Sonreí levemente y le eche un vistazo a mi bebe para asegurarme que este bien. Negué dejando que una pequeña risa se escape entre mis labios. -No, no robo monederos, y te aseguro que él tampoco, de hecho cuando se entere el resto estará en serios problemas. No lo dudaba, lo único que nos faltaba era que ahora digan que los eagles habíamos caído en picada de categoría. -Si, carreras entre otras cosas. Dije mientras volvía a llevarme la botella de cerveza a la boca. -No digo que nuestro aire sea genial y el tuyo no, solo que tienes un rostro algo, mmm ¿angelical? Dije un poco pensativa, no sabía bien qué era, pero algo de ella definitivamente no encajaba.

Me encojo de hombros. -No es la gran cosa participar, al menos no luego de un tiempo, te acostumbras y lo tomas como algo natural. Para mi era tan natural aquello que no me sorprendía ni me emocionaba, pero si debía reconocer que la adrenalina que sentía durante las carreras seguía igual que el primer día. Le dí un trago a mi cerveza. Esta chica era del oeste, estaba acostumbrada a tratar con delincuentes, por decirlo de algún modo, y veía a su hermano correr en las carreras. -Simple deducción, tu hermano es un snake ¿verdad? Esto se estaba volviendo muy interesante, apostaba que a su hermano no le agradaría enterarse que su hermanita esta con uno de sus rivales. Me preguntaba si lo conocía.

Asentí con la botella reposando en mis labios. -A mi tío en un principio no le agradaba mucho, pero luego tuvo que aceptarlo, vivía entre él y sus amigos, era inevitable que termine enredada en su mundo. Aún recordaba las discusiones con mi tío por culpa de las carreras y de ser una eagle en general. Por un lado el no quería que me vea involucrada en su mundo, pero por otro lado pasaba demasiado tiempo con ellos. Encogí los hombros al tiempo que dejaba la botella sobre la mesa. -Siempre voy, no siempre participo pero voy cada noche, bueno, ahora hace algunas semanas que no voy pero supongo que hoy volveré a la normalidad. Desde la muerte de mi tío no he ido a las carreras, de hecho eramos varios los que las habíamos dejado a modo de "duelo"